Enfisema pulmonar
El enfisema afecta a los alvéolos pulmonares, unas pequeñas bolsitas que se llenan de aire al inhalar y se vacían al exhalar. Esta afección provoca que las paredes internas de los alvéolos se debiliten y lleguen a destruirse, con lo que se crean espacios vacíos más grandes dentro de los pulmones, reduciendo la superficie de estos.
Los alvéolos dañados dejan de funcionar, con lo que el aire no se expulsa correctamente en la exhalación y queda atrapado en esos espacios sin permitir la entrada de aire nuevo, reduciéndose la cantidad de oxígeno que llega a la sangre. El resultado es la dificultad para respirar.
En función del área afectada, se distinguen varios tipos de enfisema:
Centrolobulillar, que afecta al lobulillo (unidad anatómica y funcional del pulmón) proximal. Se da en el 95% de los casos y es la manifestación principal en fumadores, normalmente asociada con bronquitis crónica.
Panlobulillar o panacinar, cuando afecta de forma homogénea al extremo ciego de los alvéolos, frecuente en la base de los pulmones. Es la forma más frecuentemente asociada al Déficit de Alfa-1 Antitripsina (condición genética rara).
Paraseptal, que involucra a la parte periférica del lobulillo, junto a la pleura, originando grandes espacios aéreos en la zona interlobulillar.
Irregular o cicatrizal, formado por tracción alrededor de las cicatrices del parénquima pulmonar, cualquiera que sea su origen y localización.
Síntomas
Puede estar presente durante muchos años sin que aparezcan síntomas. A medida que la enfermedad avanza, se va notando una mayor dificultad respiratoria que normalmente hace que el paciente realice ajustes en su actividad, disminuyéndola para compensar la falta de aire. Sin embargo, esos ajustes se van haciendo paulatinamente más difíciles y la enfermedad se va tornando cada vez más limitante.
Causas y factores de riesgo
El humo del cigarrillo es la causa principal del enfisema, que puede provocarse también por la inhalación de otros irritantes, como vapores químicos (en el trabajo, por ejemplo), contaminación atmosférica, contacto con el humo de carbón y leña y, en menor medida, por factores genéticos.
Diagnóstico
Hay que consultar con el médico si se padecen dificultades respiratorias sin causa aparente que interfiere en las actividades cotidianas.