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Un estudio llevado a cabo en las universidades de Portsmouth (Gran Bretaña), y Naresuan y Pibulsongkram Rajabhat (Tailandia), apunta a las propiedades antibacterianas de la hidroquinona y a su capacidad de inhibir y matar varias cepas de bacterias de mucha importancia clínica, como S. aureus, E. cloacae, E. coli, K. pneumoniae y, en particular, la P. aeruginosa. Aunque son necesarios más estudios, los autores afirman que una dosis baja de hidroquinona es suficiente para actuar contra la Pseudomonas aeruginosa.

Las pseudomonas son bacilos que se encuentran muy ampliamente presentes en la naturaleza, en suelos húmedos, agua, aguas residuales, vegetación, humanos y animales. El contagio se produce principalmente a través del contacto de la piel y mucosas con agua u objetos contaminados. En el ámbito sanitario, las fuentes de infección pueden ser el instrumental quirúrgico, los catéteres o las manos del propio personal sanitario.

Aunque en personas sanas no suelen causar enfermedad, en las personas con patologías crónicas respiratorias, y en concreto con EPOC, la infección por pseudomonas puede complicar la evolución y provocar ingresos hospitalarios recurrentes. Es un microorganismo que tiende a persistir a pesar del tratamiento antibiótico, habiéndose apreciado en los últimos años un aumento en el patrón de resistencias a los antibióticos más utilizados.

El estudio, publicado en la revista informativa científica Tropical Medicine and Infectious Disease, sugiere que las propiedades antimicrobianas de la hidroquinona la convierten en una candidata para investigaciones clínicas.

Según afirmó uno de sus autores, el investigador Robert Baldock en Genetic Engineering & Biotechnology News (GEN), además de comprobar que el compuesto mata la Pseudomonas aeruginosa, “también descubrimos que uno de los principales mecanismos utilizados por estas bacterias para escapar de la actividad letal del fármaco se incrementó con el tratamiento, lo que indica una respuesta robusta de las bacterias. Estudiando este compuesto más a fondo, nuestra esperanza es que en el futuro pueda ofrecer otra línea de tratamiento para combatir las infecciones bacterianas”.

Los autores recomiendan continuar la investigación sobre las propiedades antimicrobianas y posibles efectos secundarios de la hidroquinina (que no han sido analizados). Otro de los investigadores del equipo, el tailandés Jirapas Jongjitwimol, afirmó por su parte que se pretende continuar la investigación para “descubrir la diana molecular de la hidroquinina, que ayudaría a comprender cómo funciona el compuesto contra las bacterias patógenas y cómo podría utilizarse en un entorno clínico”.