La calidad del aire en los aparcamientos subterráneos es significativamente peor que en espacios abiertos, ya que registra niveles de monóxido de carbono (CO) y de óxidos de nitrógeno (NOx) altamente peligrosos, especialmente para personas con problemas respiratorios, por lo que se recomienda limitar el tiempo que se permanece en ese tipo de espacios.
Así lo recogen distintos estudios de reciente publicación, como el realizado por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, en sus propias dependencias, que evidencia cómo aproximadamente el 75 % de los días medidos se registraron niveles que superaron el 70 % de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para NO₂, un gas que puede agravar problemas respiratorios y reducir la función pulmonar.
Fruto de este trabajo, el Hospital ha emitido una serie de recomendaciones para sus trabajadores y usuarios que se pueden hacer extensibles a este tipo de espacios en general, pues aunque existen regulaciones para estas concentraciones de contaminantes, muchos aparcamientos no las cumplen, debido a la falta de ventilación y/o a la falta de controles.
Entre las medidas, se aconseja utilizar el aparcamiento exterior siempre que sea posible, especialmente si en el vehículo viajan pacientes vulnerables. Además, debe limitarse el tiempo que se pasa en el garaje. En caso de que sea necesario estacionar allí, debe procurarse entrar y salir rápidamente y optar por áreas abiertas y bien ventiladas para esperar o descansar.
Otras propuestas pasan por colocar señales claras en estos espacios sobre los riesgos para la salud asociados al NOx, así como campañas de concienciación que informen sobre estos riesgos y desaconsejen el uso de los aparcamientos como áreas de espera.
El estudio sugiere también implementar sistemas de ventilación mejorados, especialmente durante las horas de más tráfico, y restringir el acceso a los aparcamientos subterráneos según los niveles de emisión de los vehículos, a través de un sistema de control basado en etiquetas ecológicas.
Artículo original: ¿Sabemos lo que respiramos al entrar a un garaje? publicado en The Conversation