Salud mental
Ser diagnosticado de EPOC puede tener repercusiones emocionales en el paciente. Las personas que padecen EPOC tienen más riesgo de sufrir depresión y ansiedad, lo que, a su vez, puede empeorar los síntomas de la enfermedad.
Esto se debe a la combinación de factores que influyen en el estado de ánimo, tales como la incertidumbre, el estrés producido por no respirar bien, el cansancio, la dificultad para dormir, la comprobación de que no puede realizar algunas actividades como antes, el aislamiento derivado de limitar su vida social o incluso el sentimiento de culpa.
Es importante pedir ayuda, tanto de profesionales como del entorno más cercano para superar esa afectación emocional. Asimismo, ciertas actitudes y comportamientos por parte del propio paciente contribuirán a mantener una buena salud mental. Entre otros:
– Llevar una vida activa adecuada a la dificultad respiratoria. Limitar o evitar totalmente aquellas para las que nos vemos más limitados e incorporar otras nuevas que podamos asumir y que nos proporcionen bienestar.
– Evitar el aislamiento manteniendo una vida social activa con familiares o amigos.
– No asumir tareas o responsabilidades que no se pueden asumir.
– Identificar e intentar evitar aquellas situaciones, entornos y personas que le producen estrés o ansiedad.
– Practicar ejercicios de relajación.
– Controlar la calidad del sueño, consultando con el médico si hay dificultad para dormir.
– Hacer ejercicio.