El cambio climático ya está afectando a la salud respiratoria, y las personas con EPOC son especialmente vulnerables. Así lo concluye una investigación del Comité Científico de la Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease (GOLD), publicada en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. El trabajo, basado en 140 estudios, describe cómo fenómenos meteorológicos extremos, la contaminación del aire y la exposición a aeroalérgenos pueden influir en la morbilidad y mortalidad de quienes padecen esta enfermedad.
Desde los años 90, cada década ha sido más cálida que la anterior, según la evidencia recopilada en el estudio. Durante las olas de calor, se ha documentado un aumento en la mortalidad en personas con enfermedades respiratorias, mientras que los efectos del frío, aunque más lentos, también generan complicaciones. En el caso de las personas con EPOC, son los eventos respiratorios y cardiovasculares una de las principales causas de hospitalización en condiciones de temperaturas extremas.
El informe del Comité Científico concluye también que el aumento de las temperaturas, la variabilidad en las precipitaciones y las concentraciones atmosféricas de CO₂ han prolongado las temporadas de polen y aumentado la presencia de alérgenos fúngicos. En particular, las altas temperaturas y la humedad favorecen la proliferación de aeroalérgenos tanto en interiores como en exteriores.
Así mismo, los investigadores advierten sobre el incremento de los incendios forestales, que son más intensos y frecuentes. La exposición al humo se relaciona con un deterioro de la función pulmonar y con un mayor número de episodios de exacerbación en personas con EPOC. A esto se suma un aumento en la frecuencia de tormentas de polvo, que pueden contribuir al desarrollo de síntomas respiratorios al transportar microorganismos patógenos, alérgenos y esporas de hongos.
Ante este escenario, el Comité de GOLD recomienda medidas de protección como mantener el dormitorio a al menos 18 °C durante el invierno, asegurar una buena hidratación y evitar el calor extremo en verano, y reducir al máximo la exposición al humo durante incendios. También se aconseja mantener los espacios interiores limpios y bien ventilados, especialmente en días con alta contaminación o presencia de alérgenos.
El informe concluye subrayando la necesidad de seguir investigando los efectos del cambio climático sobre la salud respiratoria. Las personas con EPOC forman parte de una población especialmente expuesta, por lo que las políticas de adaptación y protección deben tener en cuenta sus necesidades específicas.
*Autores: David M.G. Halpin, John Balmes, MeiLan K. Han, Alberto Papi, Fernando J. Martinez, Maria Montes de Oca, Obianuju B Ozoh, Sundeep Salvi, Don D. Sin, Jinping Zheng, Alvar Agusti, and Claus Vogelmeier
Artículo Completo: «Climate Change and Chronic Obstructive Pulmonary Disease: A GOLD Science Committee Review.»